La familia Peugeot y el BPI (Public Investment Bank), dos de los principales accionistas de PSA, habrían pedido garantías de que el esquema de gobierno inicial se mantendría en caso de que Carlos Tavares, el actual jefe del fabricante francés, se vería obligado a dejar el cargo.
Esta información sale a la luz mientras el grupo automotriz francés está llevando a cabo las discusiones finales con FCA con el fin de establecer un Memorando de Entendimiento (MoU) con el objetivo de una fusión antes de fin de año.
Detalles del acuerdo a punto de finalizar
PSA convocó una junta de supervisión el próximo martes 17 de diciembre. Donde se podría presentar un memorando de entendimiento sobre su fusión con Fiat Chrysler Automobiles (FCA).
Los dos grupos actualmente están refinando los detalles finales de un proyecto de acuerdo que llevaría al nacimiento de una estructura valorada en 50 mil millones de euros. Anunciada en octubre pasado, se espera que la transacción resulte en la creación del cuarto fabricante de automóviles más grande del mundo.
Se espera que las discusiones duren todo el fin de semana para tratar de finalizar un acuerdo sobre los asuntos restantes y presentar el memorando de entendimiento en la reunión de la próxima semana.
Los accionistas de PSA vigilan el equilibrio de poderes.
Sin embargo, la familia Peugeot y el banco público BPI desean obtener garantías de que esquema de gerenciamiento de PSA mantenga el equilibrio de poder (o más bien el desequilibrio a su favor) actualmente vigente incluso en el caso de la partida de Carlos Tavares.
Sin embargo, nada parece indicar que la solicitud de sus dos principales accionistas del grupo PSA constituye un obstáculo para la firma de un acuerdo.
Con respecto a FCA, "no hay problemas que puedan retrasar un acuerdo entre las dos partes" sugiere una fuente cercana al caso.
Una fuente familiarizada con las discusiones indicó que no aparecía ningún tema de este tipo en las diversas negociaciones y que las reglas de gobernanza seguían siendo idénticas a las anunciadas y aprobadas el 31 de octubre pasado.
PSA, FCA y el banco público BPI, que posee el 12,2% del PSA a la par de la familia fundadora Peugeot y la china Dongfeng, se han negado a hacer comentarios por el momento.
Tavares y el equilibrio de poder
El puesto de Tavares en el Consejo de Supervisión es el centro del debate
Es cierto que el proyecto anunciado a finales de octubre se presentó como una fusión entre socios en igualdad de condiciones, y la operación establece que PSA y FCA compartirán la dirección de la futura entidad y que sus accionistas poseen respectivamente el 50% del capital de La nueva estructura.
La misma preocupación por la paridad en la junta directiva, finalmente ... al principio: cinco miembros serían nombrados por Fiat-Chrysler, cinco por PSA ... pero el undécimo sería Carlos Tavares, actual CEO del fabricante francés que se convertiría en gerente general del nuevo grupo por unn período inicial de cinco años. PSA se beneficiaría de un desequilibrio de poderes a su favor, por lo que sus accionistas deberían tener un asiento más que los de FCA.
Pero la declaración inicial mantiene la vaguedad en este punto, el asiento que regresa a Carlos Tavares no se agrega a la cantidad de asientos que regresan a los accionistas de PSA.
John Elkann, presidente de la junta del futuro grupo estará entre las personas que representan a FCA.
Este "undécimo" asiento para Carlos Tavares podría debatirse. Por lo tanto, implica implícitamente que PSA controlaría FCA. Lo que ya se intuía pero no se ha presentado oficialmente de esta manera.