La gente de MotoriOnline nos ofrecio primeramente una visita al pequeño museo de Daniele Belucci. ,Presidente del Club Peugeot Italia, lo vimos en la entrada "Los 50 Peugeot de Daniele Belucci", luego una serie de impresiones de manejo de algunos de sus vehículos, en la entrada "5 Clasicos 5 Impresiones. 203-404-504 Cabrio, 205 GTI y 205 Gutmann." y finalmente nos presentan este Test Drive de uno de esos autos. un bellísimo 504 Cabriolet 1ra Serie de 1971.
Lo manejamos la primera vez en las calles de Milán y Brianza, luego en las colinas de Siena.. Nos pareció que era un coche excepcional, moderno en muchos aspectos, con un encanto y elegancia que pocos tienen. Cómodo y espacioso, con un baul digno de una berlina y capacidad para 4 pasajeros aún en los viajes largos, sin grandes sacrificios en comparación con un coche actual.
Los Peugeot 504 Coupé y Cabriolet fueron presentados en el Salón de Ginebra de 1969, en un momento en que pocos competidores tuvieron el coraje de apostar por los coches de lujo convertibles. Estos fueron los años en los que en toda Europa se había experimentado un período de huelgas intensas, y llegaría poco después la crisis del petróleo del 73, con reducciones de personal, requisitos de espacio, y las potencias de los motores sacrificadas para contener consumo. El Peugeot era todavía el coche de la burguesía, con una producción de automóbiles mas caros que su competencia pero ofreciendo a cambio gran calidad técnica y una fiabilidad excepcional. Su fama era tal que Enzo Ferrari en persona (Ver la entrada "Los Peugeot de Enzo Ferrari"), algunos dicen que porque le gustaba burlarse de los dirigentes de Fiat, manejaba vehículos de la marca francesa, entre los otros, tuvo dos 504, primero una Berlina y luego una Coupé. Burlas aparte era conocida la predilección de Enzo por los Peugeot, incluso Scaglietti modificó algunos 504 para él. Lo más probable es que este amor por la casa del león había surgido por la relación de la marca y el empresario con Pininfarina, Enzo Ferrari tuvo una profunda y extensa amistad con el Carrocero, el cual fué responsable del diseño de las Berlinas 403-404 y 504 e incluso construia los cabrio y coupes de la marca francesa. El 504 que tuvimos el placer de conducir tiene una vocación turística. Con un handicap de 25-30 HP en relación a los deportivos de similar categoría de la época. El Peugeot 504 Cabriolet no busca rendimiento a toda costa, tiene un motor más fiable que potente, con poco más de 100 HP, pero más torque a bajas vueltas, y con una suspensión suave y cómoda, un baul de 350 litros y un excelente sonido. Este descapotable era elitista, costaba un 50% mas que la Coupé y el doble que la Berlina 504. Elegante y moderno, poseía inyección mecánica de combustible Kugelfischer, Frenos a disco en las cuatro ruedas, suspensión delantera y trasera independiente, una excelente caja de cambios de 4 velocidades y tracción trasera.
El ejemplar de esta prueba tiene una historia importante. Comprado 0Km en 1971 junto con un Coupé gemelo por la familia Necchi, industriales que producian las famosas máquinas de coser del mosmi nombra. El Sr. Necchi pocos años despues vendió la Coupé, el Cabriolet sin embargo siguié en manos de su esposa por mas de 30 años, hasta que fué comprada por Peugeot Italia. Anita Necchi amaba su 504 cabriolet y la utilizaba principalmente para viajar a si Villa de St. Moritz por lo que solicitó se agragara un portaskis de baul y neumáticos para nieve en consecionaria. Otra rareza de esta auto son las luces de encendido automático, opcional futurístico en su época, con el sensor en la base del parabrisas. Hoy el coche está en buenas condiciones y se exhibe en numerosos eventos recorriendolos por sus propios medios. Sus líneas son suaves y elegantes, con un gran capot y un impecable armonía y equilibrio de todos los elementos. Sorprendentemente este diseño ha transcurrido décadas sin perder su seducción aportada por el lápiz inteligente de Pininfarina, cuyo logotipo luce a ambos lados. Incluso hoy en día la gente acude a admirarlo, el interior es igual de agradable, sin aristas y detalles que ayudan a dar una sensación de calidad, como el plástico suave al tacto, alzavidrios eléctricos, luces de cortesía automáticas en los montantes y puertas y guantera con cerradura e iluminación. Los asientos son suaves y cómodos, por supuesto, hoy en día el cuero de imitación no está a la altura de su categoría, pero tenemos que pensar en el nivel de acabado de los coches de los años 60, donde era normal incluso el metal a la vista. En series posteriores del Cabriolet 504, producido hasta 1983, fueron reemplazados por la madera y cueros. Los ventiletes tienen un funcionamiento mecánico accionando una palanca debajo de los mismos en el panel de la puerta, un detalle que denota el cuidado en comparación con los competidores, que tenían una palanca directamente en el cristal. No posee aire acondicionado, normal a principios de los años 70, y la capota es de accionamiento manual, aunque muy simple de plegar y desplegar. Descapotado se viaja relajadamente a bajas velocidades, luego llega un punto en que el viento se hace sentir demaciado. Sin embargo, la conducción del coche en plein air, es espectacular.
En el manejo 504 se aprecia se aprecia su modenidad a pesar de sus más de 40 años, y todavía es muy cómodo, excepto por la ausencia del acondicionador de aire, combinado con el tapizado de los asientos, que no es precisamente el mejor cuando las temperaturas son altas. Conducir en las colinas de Siena y relajarse en algunas carreteras sinuosas en Brianza ha sido un placer absoluto, pero también cuando el ritmo se hizo más sostenido no se mostró torpe en absoluto. En algunas curvas cerradas incluso hicimos algunas correcciones al notar que el tren trasero extendía la trayectoria debido a la descarga de potencia sobre las ruedas motrices sin peso en la cola.
Las ventajas son muchas, incluyendo las de carácter económico: un coche de época tiene costos de operación, impuesto de circulación y seguro, prácticamente nulos en comparación con uno nuevo, y su valor aumentará en lugar de disminuir con el tiempo, compensar incluso los costos de mantenerlo en buen estado de funcionamiento. Todo lo que necesitas es un lugar para guardarlo, ya que sería una lástima dejarlo al descubierto, y un poco de pasión por un auto que sabe cómo devolver muchísima satisfacción. Las miradas que atrae son sólo parte del encanto de un paseo a bordo de un pedazo de historia. El coche de nuestra prueba es sólo uno de los que, al menos en nuestra opinión, se adapta perfectamente al uso actual. Los precios siguen siendo asequibles, aunque es un pedazo de la historia del diseño de automóviles, un ejemplar en perfecto estado cuesta menos que un auto compacto nuevo. El placer de concurrir a las reuniones de clubes, caravanas e incluso carreras de regularidad también es una experiencia apasionante y este auto siempre llama la atención y admiración.
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