Que queda del auto italiano?

A pesar del lanzamiento de dos nuevos modelos Fiat (el Topolino y el 600), Italia no huele saludable en el grupo Stellantis. Échale la culpa a un gobierno al que no le gustan los autos eléctricos mientras la galaxia liderada por Carlos Tavares espera promesas de confianza y ayuda contundente para instalar allí una gigafábrica.

El Topolino sí es un Fiat, pero está hecho en Marruecos.

La escena tuvo lugar el pasado martes. Sobre los techos de Lingotto, la fabulosa fábrica original de Fiat en Turín, coronada por su pista de pruebas, asistimos al lanzamiento del año en Italia, o más bien, al doble lanzamiento: el del Fiat Topolino y el del 600 . . Para la ocasión, toda la élite política, administrativa e industrial se reúne en torno a John Elkann, presidente de Stellantis y heredero de la dinastía Agnelli. 

Él solo, simboliza los autos italianos, y todos vienen a felicitarlo por estos dos nuevos modelos que marcan el renacimiento de Fabrica Italiana de Automobili Torino , que no había lanzado un automóvil realmente nuevo desde el Tipo en 2016, si excluimos nuevas versiones del 500. 9 años, una eternidad en esta industria, que mereció muchas felicitaciones al jefe. ¿Pero es él realmente el jefe? ¿Y las novedades son realmente Fiats? Sobre todo, ¿cuáles son los beneficios que Italia puede sacar de esta apariente de resurrección?

John Elkann: Un presidente de Stellantis más honorífico que ejecutivo.

Es cierto que John Elkann está engalanado con el título de presidente. Pero él, como todo el personal de Stellantis, sabe que es un presidente italiano y que es el primer ministro quien dirige el país, en este caso, la primer ministro, Giorgia Meloni. Y en este caso en Stellantis, Carlos Tavares. En cuanto a las marcas más importantes de la antigua galaxia Fiat, también están dirigidas por franceses. Es Olivier François quien está al mando de Fiat, y Jean-Philippe Imparato de Alfa Romeo.

Pero, ¿ha logrado Elkann recuperar algunos subsidios de su país desde la fusión de FCA con PSA que dio origen a Stellantis en 2021? No realmente. Los dos nuevos coches se fabrican en Polonia el 600 y en Marruecos el Topolino. Ciertamente, el SUV Alfa Romeo Tonale honrra las cadenas de Pormigliano d'Arco y el Maserati Grecale las de Cassino. Peroson vehículos s de escaso volumen de ventas.

La mitad de estaciones de carga y cero gigafábricas

¿Por qué este desinterés de Stellantis por la península itálica? El desencanto no es una cuestión de costes laborales, que son un poco más baratos incluso en Italia que en Franciapor las cargas sociales más bajas, sino que es de carácter político. Desde que llegó al poder, Giorgia Meloni ha criticado constantemente a Bruselas y su enfoque extremo hacia los autos eléctricos. Para ser coherente con su discurso, las inversiones de Roma en esta área son, por lo tanto, mínimas. Las estaciones de carga son la mitad menos en que en Francia, en cuanto a las ayudas para la creación de Gigafactorys, son, por el momento, inexistentes.

el 600 se produce en Polonia, en la misma línea que el Jeep Avenger.

Este es el reproche, que Olivier François dirigió al gobierno Italiano, pidiéndole expresamente ayuda durante el discurso de lanzamiento de sus dos nuevos modelos. ¿Será escuchado? Nada menos seguro, cuestión de coherencia, de nuevo. En todo caso, esta es la condición sine qua non para que Carlos Tavares decida invertir en el sur del país donde una fábrica de baterías podría ver la luz, si el Estado cambia de opinión.

Mientras tanto, Italia pierde tiempo y pierde cada día un poco más lo que hizo a su prestigio y su principal industria: el automóvil. Una pérdida de la que los italianos son conscientes desde hace años, y sobre todo desde aquel día de la creación de FCA, en 2014, cuando el entonces jefe, Sergio Marchionne, ya fallecido, decidió instalar la sede de Fiat-Chrysler, en Detroit, en Estados Unidos. Unidos, lejos, muy lejos, del Lingotto.