viernes, 18 de agosto de 2023

El 1008 que nunca vio la luz


A principios de 2005, Peugeot y Citroën firmaron un acuerdo con el fabricante japonés Mitsubishi para compartir sus competencias. Fue sobre todo la oportunidad perfecta para que las dos marcas francesas finalmente pudieran invertir en el lucrativo segmento de los SUV, donde brillaban por su ausencia. Para el león, la gama se amplió rápidamente con el 4007 (2007-2012) sobre la base del Mitsubishi Outlander reemplazado por el Peugeot 4008 (2012-2016) esta vez retomando los cimientos y estructura del Mitsubishi ASX.

Una estrategia muy similar se aplicó en Citroën con, respectivamente, el C-Crosser y luego el C4 Aircross comercializados en paralelo en las mismas fechas . Con la diferencia de que el Peugeot 4008 solo estaba disponible en tracción a las cuatro ruedas y con acabados de alta gama, una distinción para darle un cachet un tanto premium.

Sin embargo, en Peugeot no tenía intención de parar alli y también planeó un vehículo de ocio de formato urbano . El objetivo asignado a este último era tomar el relevo del singular 1007 que sólo estuvo en catálogo de 2004 a 2009. El pequeño monovolumen se caracterizaba por sus puertas laterales correderas -denominadas como puertas de sésamo-.



Pero, de hecho, este 1007 no convenció al publico, entre otras cosas por demasiado pesado y costoso. El que debería haber sido el Peugeot 1008 fue pensado, en el año 2008, sobre una base técnica japonesa muy compacta. La marca del País del Sol Naciente disponía de sus específicas plataformas que cumplian con la legislación local K-Cars, pequeños vehículos perfectamente adaptados al muy denso tejido urbano del archipiélago nipón y al hacinamiento de sus centros urbanos.

Singular, telvez demasiado

Pero contrariamente a la virilidad que reivindican los SUV de gran formato, este “aventurero” de bolsillo se diseñó inmediatamente con un estilo más suave, más femenino en definitiva. Un diseño supervisado por Florence Banos, directora de proyectos Urban Distinctive  y esbozado por el estilista Attila Bocsi. Este último, tras su paso por Peugeot y luego una incursión en Pininfarina, trabaja ahora en Lancia en pleno renacimiento.

El estudio de diseño de las imágenes no era definitivo, sobre todo a nivel de la grilla. No obstante presenta una originalidad por el tratamiento de los pasos de rueda abandonando la eterna forma de arco. Elementos gráficos lacados en negro integrando hábilmente el tema de las tres garras en sus extremos, tanto en las ópticas delanteras como en las traseras. Tampoco es muy feliz la ubicación de a rueda de auxilio en el portón trasero.



Finalmente se abandonó este proyecto, momentaneamente. Otro asociado de Peugeot por ese entonces fué Toyota, con el cual se desarrollaron los suuburbanos Citroen C1, Peugeot 108 y Toyota Aygo, incluso la planta en europa del este donde se montaron. Pasados los años y luego de dos generaciones de estos citadinos, y viendo los cambios del mercado donde estaban cada vez menos favorecidos, PSA pensó en reemplazarlos por mini SUVs, y volvieron los rumores de un 1008, que finalmente también fué descartado y se procedió a abandonar los C1 y 108 por resultar un segmento cada vez menos deseado por la clientela.

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