miércoles, 16 de agosto de 2023

Citroen E-C4 X - Prueba



El Citroën Ë-C4 X es la versión eléctrica de este modelo. Se monta en la planta de Villaverde (Madrid) y comparte plataforma con el Citroën C4. También su tecnología, incluida esta versión eléctrica con 136 HP. Más allá de su eficiencia, este modelo resulta sumamente original, mezclando conceptos de berlina, crossover y coupé… Pero si lo tenemos que definir diremos que se trata de un sedán.

En el 3er trimestre este modelo reforzará su posición en el mercado con el lanzamiento de una segunda versión eléctrica de 156 HP, batería de 54 kWh y una autonomía que cubre hasta 420 kilómetros con una sola carga. Será la más ‘sofisticada’ de la gama y se asocia exclusivamente al acabado superior Shine. Ya hablaremos de ella en septiembre, cuando acudamos a su presentación internacional.



Sin embargo, esta versión de acceso que nos ocupa sigue siendo tremendamente competitiva. Con 136 HP de potencia, 280 Nm de par máximo y su batería de 50 kWh de capacidad que le permite homologar una autonomía de hasta 360 kilómetros. Son cifras que cubren las necesidades de gran parte de los conductores para moverse en la gran ciudad y sus alrededores diariamente.

Cuesta 39.015 euros, pero si aplicamos descuentos se queda en 36.815 euros y todavía nos quedaría por aplicar las ayudas del Plan Moves (En España).

También es cierto que en el precio se refleja una dotación menos generosa. El motivo es que la versión de 136 HP sólo se asocia al acabado de entrada Feel, muy completa, pero menos generoso en la lista de elementos de serie.



Vamos con nuestro protagonista. Más allá de valores como la eficiencia, este modelo responde a un formato muy original, tanto que cuesta encontrarle rivales directos. De hecho, como sedán eléctrico con este aspecto y 4,60 metros de longitud, no hay nada similar en el mercado europeo.

El Citroën Ë-C4 X responde de inmediato al pisar el acelerador y se muestra muy refinado y confortable en su uso. Ofrece un rendimiento más que notable para lo que se espera de un vehículo de este perfil. Tiene limitada la velocidad máxima a 150 km/h y acelera de 0 a 100 km/h en 10 segundos.

Si analizamos su consumo hemos visto cifras que oscilan entre los 13,4 kWh en ciudad y los 17,5 fuera de ella. El consumo medio durante la prueba fue de 16,4 kWh cada 100 kilómetros, una cifra también muy atractiva que nos permitirá rodar unos 300 kilómetros reales entre recargas. La media homologada por la marca es de 15,0 kWh.



La batería de 50 kWh de capacidad admite cargas en corriente continua de hasta 100 kW. Eso nos permitirá alimentarla hasta el 80% en apenas media hora, por ejemplo, si nos encontramos a medio camino en un largo desplazamiento.

Digamos que esa es una excepción para momentos puntuales. Lo normal es que la carguemos en casa en corriente alterna y aquí las opciones de tiempo varían entre las 15 horas en una toma de 3,7 kW, 7 horas y media en una de 7,4 kW o solo 5 horas en una toma de 11 kW.

Al volante del Citroën Ë-C4 todo es paz, concordia y confort. Resulta silencioso por su condición eléctrica, aunque no es el colmo de la insonorización cuando pasamos por un tipo de asfalto ‘rugoso’ que no esté en perfecto estado. En ese momento los decibelios son más evidentes.



El rendimiento es bueno. Son 136 HP, pero en ocasiones parecen más, sobre todo al iniciar los primeros metros. El motivo es que el vehículo responde de inmediato a cualquier solicitud del acelerador debido a la entrega instantánea del par motor. Además no frena mal, aunque se nota el sobrepeso de la batería. Son 1.659 kilos en total, y se notan. Quizás lo menos agradable en marcha sea el tacto del pedal del freno, que no resulta todo lo progresivo que nos gustaría.

Llama la atención su excelente confort, gracias a sus amortiguadores progresivos hidráulicos que incorpora Citroën en sus últimos lanzamientos. Da la sensación de ir más asentado que las versiones térmicas. Esto se debe a la ubicación de la batería en los bajos del vehículo, aspecto que reduce el centro de gravedad. De cualquier modo, cuando pasamos animados por una curva los milagros no existen, y la carrocería rola. Las inercias están ahí. Los neumáticos de esta unidad son 195/60 R18 y cuenta con cuatro frenos de discos, ventilados los delanteros.



Lo mejor de este modelo es su excelente confort de marcha. La suspensión se traga cualquier irregularidad con una naturalidad que asusta. En este sentido es una de las mejoras opciones del segmento, sin duda, pese a que por su peso hemos hecho algún ‘tope’ en la amortiguación que otro. También ayuda el agradable tacto de elementos como la dirección, bastante asistida. Con 2,75 vueltas de volante entre topes no parece demasiado directa, pero resulta muy agradable en el día a día.

El asistente de conducción nos permite elegir entre lo modos ECO, Normal y Sport. No son cambios dinámicos radicales, pero sí se nota en la entrega de potencia. En el modo Sport es cuando el Citroën Ë-C4 X ofrece el máximo rendimiento.

No hay levas en el volante para poder gestionar la intensidad de la frenada regenerativa como en otros modelos, pero sí cuenta con una función ‘Brake’ en el cambio automático que multiplica la intensidad de la ya mencionada frenada regenerativa. Es tan ‘agresiva’ que en muchas ocasiones convierte el pedal del freno casi en un adorno. Si utilizamos esta función con inteligencia estiraremos considerablemente la autonomía del vehículo.



Analicemos ahora el habitáculo. Está dentro de lo esperado, por el rigor de los acabados y por su presentación digital, entre otras cosas porque ya lo conocíamos en el C4. Y es el mismo. El cuadro de mandos sólo tiene 5 pulgadas de tamaño. Es la tendencia actual, pero es cierto que se queda algo pequeño. Quizás no en esta versión eléctrica, pero sí en las versiones térmicas que necesitan ampliar la información con el régimen de giro, temperatura del líquido refrigerante, presión del aceite…

La pantalla táctil duplica su tamaño hasta las 10 pulgadas. Se rodea de una fuerte carga de información, resulta intuitiva y está ubicada en una posición adecuada. Por debajo están las salidas del aire, y más abajo aún los mandos que gestionan la climatización. Se agradece que queden fuera de la pantalla.



Por último comentar la guantera del lado del acompañante delantero. Original y práctica como pocas, consta de varias soluciones para fijar dispositivos móviles y cuenta con un amplio cajón por debajo.

Delante iremos como reyes. El motivo son las butacas denominadas Advanced Comfort, que presentan un mullido similar al de un sillón de casa. Además, la del conductor aumenta su atractivo con detalles como un reglaje lumbar eléctrico y función de masaje.

Detrás el espacio para las piernas es considerable y presenta salidas de aire, aunque el túnel central es demasiado voluminoso para lo que se estila en un coche eléctrico. En este sentido hay que recordar que comparte plataforma con las versiones térmicas.



Sí que brilla con luz propia en el baul. Ofrece 510 litros, que es un volumen muy considerable. El único ‘pero’ es que su diseño apuesta por una ‘tapa’ en lugar de un portón y eso resta practicidad a la hora de introducir objetos voluminosos.

En el apartado tecnológico relacionado con la conectividad, señalar que contempla la aplicación My Citroën, con soluciones como la de gestionar o programar las funciones de recarga de la batería desde el móvil. También contempla conectividad Android Auto y Apple CarPlay.



En su dotación de serie con el acabado Feel Pack ofrece frenada de emergencia automatizada, freno de estacionamiento eléctrico, pack safety, cargador embarcado monofásico de 7,4 kW, climatizador bizona, llantas de aleación de 18 pulgadas crosslight diamantadas, sensores de estacionamiento traseros, cámara de visión trasera, cable de alimentación modo 3 -22 kW, pack style eléctrico, faros Full LED, retrovisores exteriores regulables y abatibles eléctricamente, alerta de fatiga del conductor, asistente de arranque en pendiente, alerta por cambio involuntario de carril, control de crucero con limitador de velocidad, reconocimiento de señales, selector de modos de conducción y Mirror Screen con Android Auto y Apple Car Play.



En definitiva, su particular formato y su condición eléctrica provocan que no sea fácil encontrarle rivales directos. Y eso siempre es un punto a favor. Esta versión de entrada del Citroën Ë-C4 X ofrece un rendimiento y autonomía suficientes para la gran mayoría de usuarios que se mueven por la ciudad y sus alrededores habitualmente. A su eficiencia hay que añadir su gran confort de marcha y su generoso baul.



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